La última reforma laboral ha cambiado muchas reglas del juego en el mundo del empleo. Entre las novedades más destacadas está la importancia de los contratos indefinidos frente a los temporales. Uno de los formatos que ha cobrado protagonismo en este nuevo escenario es el contrato fijo discontinuo.
Se trata de una modalidad que busca dar estabilidad a trabajadores cuyos empleos no son continuos a lo largo del año, pero que se repiten de forma previsible. Esto ocurre en sectores como el turismo, la educación o la agricultura, donde la actividad depende de temporadas o campañas concretas.

En este artículo de Ayuda-Social.es te explicamos en detalle cómo funciona el contrato fijo discontinuo, cuándo debe utilizarse, qué lo diferencia de otros contratos y qué ventajas ofrece tanto para empresas como para trabajadores.
¿Qué es un contrato fijo discontinuo?
El fijo discontinuo es un tipo de contrato indefinido que se caracteriza porque el trabajador solo presta sus servicios en determinados periodos del año. Durante esos intervalos de inactividad, no se trabaja ni se cobra salario, aunque el vínculo con la empresa sigue vigente.
Es decir, no se trata de un contrato temporal, ya que no tiene fecha de finalización. Su principal rasgo es la intermitencia de la actividad: el trabajador se incorpora cuando surge la necesidad de su puesto y vuelve a la inactividad cuando esta necesidad desaparece. Además, la empresa está obligada a recurrir a los trabajadores fijos discontinuos cuando la actividad vuelva a requerir sus servicios, respetando el orden y condiciones establecidas por convenio o acuerdo interno.
Cambios tras la reforma laboral de 2022
La reforma laboral introducida por el Real Decreto-Ley 32/2021 ha ampliado los supuestos en los que se debe usar el contrato fijo discontinuo. El objetivo es reducir la elevada temporalidad que afectaba a muchos sectores con necesidades laborales no constantes.
Desde entonces, se ha eliminado la antigua distinción entre contratos fijos periódicos y fijos discontinuos. Ahora, lo decisivo es la naturaleza estacional o intermitente del trabajo. También se permite su uso en actividades realizadas a través de contratas o ETT (Empresas de Trabajo Temporal), siempre que el servicio forme parte de la actividad habitual de la empresa.
¿Cuándo debe utilizarse el fijo discontinuo?
Según la normativa vigente, el contrato fijo discontinuo debe aplicarse en los siguientes casos:
- Trabajos con carácter estacional.
- Actividades productivas de temporada.
- Trabajos intermitentes, aunque no sean estacionales, con ejecución periódica, cierta o incierta.
- Servicios prestados al amparo de contratas mercantiles o administrativas que se repitan de forma previsible.
- Relaciones laborales con ETTs, donde los periodos de inactividad coinciden con el plazo de espera entre contratos.
Ejemplos concretos de este tipo de empleo se encuentran en el sector educativo (limpieza de colegios, comedor, transporte escolar), la agricultura (como la recolección), o el turismo (hoteles, socorristas, camareros, animadores…).
Formalización de un contrato fijo discontinuo
Es importante saber que este tipo de contratos debe formalizarse siempre por escrito. En el documento deben figurar ciertos elementos esenciales:
- Duración estimada del periodo de actividad.
- Tipo de jornada (puede ser completa o parcial).
- Distribución horaria, incluso si es aproximada.
Dado que en muchos casos es imposible saber con exactitud cuándo se reiniciará la actividad, la ley permite incluir datos estimativos que se concretarán en el momento del llamamiento. Además, el convenio colectivo o acuerdo de empresa debe establecer los criterios para realizar el llamamiento. Este debe comunicarse al trabajador con una antelación adecuada y dejando constancia (por escrito u otro medio verificable), indicando claramente las condiciones de reincorporación.
Cotización a la Seguridad Social y paro
Los trabajadores fijos discontinuos cotizan a la Seguridad Social como cualquier otro empleado indefinido mientras están activos. Esta cotización incluye desempleo, contingencias comunes, y accidentes o enfermedades laborales. Por otro lado, debes saber que durante los periodos de inactividad, no se cobra salario ni se cotiza, salvo que el trabajador esté percibiendo una prestación por desempleo. Para ello, debe haber cotizado al menos 360 días en los últimos seis años.
Diferencias entre el contrato temporal y el contrato fijo discontinuo
La principal diferencia entre el contrato fijo discontinuo y el temporal es que el primero es indefinido, lo que significa que el trabajador forma parte de la plantilla de la empresa, incluso en los períodos sin actividad. En cambio, el contrato temporal tiene una fecha de finalización determinada.
Además, los trabajadores que han firmado fijo discontinuo acumulan antigüedad de manera continua, mientras que los que han firmado temporal solo se cuenta el tiempo trabajado. También, el contrato fijo discontinuo permite mayor flexibilidad a largo plazo, ya que el trabajador puede ser llamado cuando la empresa lo necesite, mientras que el contrato temporal tiene plazos más rígidos.
Preguntas frecuentes
¿El contrato fijo discontinuo puede ser a media jornada?
Sí, puede celebrarse tanto a jornada completa como parcial, según lo requiera la empresa. Leer más aquí.
¿Qué pasa si la empresa no me hace el llamamiento a tiempo?
El trabajador puede reclamar, ya que se considera un incumplimiento de sus derechos laborales. Leer más aquí.
Ahora ya sabes
El contrato fijo discontinuo es una figura clave tras la reforma laboral de 2022. Permite a empresas contar con personal formado en momentos puntuales y da a los trabajadores una relación indefinida aunque intermitente. Si trabajas en sectores con actividad estacional o irregular, este tipo de contrato puede ser la vía para asegurar tu empleo con mayor estabilidad.